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Nada, casi dormimos en la calle por culpa del señor que lo regenta. Viernes pre puente de Mayo salimos de Madrid dirección Pedrazales y yo veo en las condiciones que la recepción es hasta las 22:00 horas por lo que escribo para decir oye vamos a llegar más tarde de esa hora porque salimos de Madrid a las 18 por motivos laborales y es el puente de Mayo va a haber tráfico ( cualquier persona que regenta un sitio de esto tiene dos dedos de frente para comprender que una víspera de puente operación salida te puedes retrasar por el tráfico)vamos en camino y no avisé de que llegaba más tarde porque ya lo hice el día anterior, hay tramos que no hay cobertura y además los móviles iban con el GPS funcionando. Llegamos al pueblo donde la señalización de la posada era fatal, de noche ,no sé veía nada, acceso complicado que no sabíamos si el coche nos entraba por ciertas calles y aparcamos serían las 23:15 de la noche, llegamos donde marca el GPS y nos ponemos a timbrar y todo cerrado y apagado, llamando al tlf de contacto que oíamos sonar dentro y que nadie cogía , un frio alucinante , nosotros asustados cansados del viaje y viendo que dormíamos en la calle, unos vecinos del pueblo encantadores nos indicaron para llegar a donde podría estar el señor que lo regenta y que nos avisaron de que eran un poco peculiares y efectivamente, el señor nos había anulado la reserva y encima en pijama enfadado esto eran ya igual las 23:45 , y encima llegamos y nos regaña que ed muy tarde que había cancelado la reserva,osea una vergüenza, no se dignó en llamar y decir: oye vais a que hora llegáis tal...no él directamente nos intentó dejar en la calle. Tras una conversación acalorada entramos a la habitación y no os hacéis idea del frio que hacía...nariz congelada y los dos constipados al dia siguiente.

Trato muy cercano y correcto. Cenamos en la cafetería del hotel,la comida buenísima (revuelto de setas y entrecot de ternera). La habitación muy limpia y cómoda.La televisión impresionante.

La ubicación cerca del Lago de Sanabria y levantarse con vistas al mismo. Era una habitación cuádruple muy amplia y con lo necesario. La atención de 10. Tuve que modificar la fecha del viaje y todo fueron facilidades. El desayuno muy variado.

Me gustó la amabilidad del personal y la limpieza de las habitaciones. Fuimos con nuestra hija de 6 años y nos encontramos con una cama muy cómoda y suficientemente grande para los 3. Es un pequeño hotel con un gran encanto.

Me gustó su ubicación, cercano al pueblo y la tranquilidad que se respiraba.

El desayuno bien, pero en la oferta de Booking no se especificaba que no había comedor ni cafetería desde la media tarde

La ubicación del hospedaje es preciosa y el hotel en sí

El cariño con el está hecho todo, la atención y Los detalles q hay en la habitación… incluso batas para los dos… y esponjas de baño… mejor imposible

La amabilidad de Javier y de Ines, la excepcionalidad de la comida, y el lugar